Porque la vida no siempre es color de rosa, no siempre es justa, y muchas veces la recompensa no llega cuando la mereces, a veces todo lo contrario. Pero no por eso vamos a desaprovecharla, no por eso vamos a dejar de soñar o de vivir. Si hay algo que he aprendido en este tiempo, es que hay que aprovechar cada momento, disfrutar de las pequeñas cosas, del día a día, de nuestro mundo, la naturaleza y esos pequeños detalles que nos rodean... al fin y al cabo, eso es la vida. Disfrútala, vívela!
Uno de los motivos por los que me gusta la fotografía, es la cantidad de detalles que cazas con el objetivo que a simple vista no te hubieras fijado y pasan desapercibidos. Amar la fotografía es aprender a descubrir rincones mágicos y detalles del mundo en el que vivimos.
Párate cerca de una flor y observa. Te darás cuenta la cantidad de cosas que giran a su alrededor, vida que hoy en día la gente no es capaz de apreciar y que prefieren verla a través de una pantalla de un móvil, un ordenador o la televisión, cuando solo tienen que abrir la puerta y salir a dar un paseo por el campo.
Hoy os dejo estas fotos de Chrysanthemum coronarium que saqué hace unos días.
Espero que os gusten! Y ya sabes, apaga la pantalla, coge la cámara y abre la puerta!
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